Nuevos clásicos: El violín (2005) (Critica al cine Mexicano)


Angel D. Becerra Juárez
La realidad es un elemento que se ve alterado por el filtro del subconsciente de cada persona que la interpreta. Ésta se enriquece y distorsiona con las experiencias personales, deseos e incluso el contexto que rodea al individuo. Dicho lo anterior y para los fines de este texto, podemos considerar que existen dos realidades: La objetiva, que se encuentra bajo la censura de la vigilia, la cual todos percibimos de la misma manera,  y la subjetiva, en la cual influye nuestro subconsciente al mismo tiempo que se desarrolla un lenguaje  interno - tanto verbal como visual-  en el que permea el simbolismo
 Las imágenes y el lenguaje onírico se trasladan a la narrativa audiovisual atreves de secuencias oníricas. Dichas escenas difuminan la línea divisoria entre el sueño y la realidad. Esto se logra con tratamientos en el guion y en la dirección, que contribuyen al de desarrollo  de los personajes. Ya sea con elementos que rompen por completo la realidad que se presenta, con detalles más simples como el entorno que los rodea o con la concepción de un símbolo en específico.
Estos enriquecen la narrativa visual contemporánea. Son más que un recurso. Se han convertido en una capa narrativa, parte de la atmosfera y en ocasiones un elemento imprescindible para que una historia se desarrolle. Anomalisa, película del 2015, es un claro ejemplo de dichos elementos.  Trataré de identificar los mismos sin arruinar por completo la película. Enfocándome en secuencias en específico que hacen uso del lenguaje onírico  y que considero contribuyen de manera significativa a la trama. Cabe mencionar que Anomalisa es una película animada en técnica stop motion. Por lo que, elementos como el doblaje o la animación antes mencionada, serán aspectos  tendrán especial importancia.
Del aeropuerto al hotel (00:00- 14:30)
He elegido la secuencia introductoria como primer punto a analizar, a pesar  de que el uso de lenguaje onírico en esta parte se limita a un par de elementos. Esto se debe a que los primeros minutos nos brindan el matiz general de la obra y características que posteriormente serán esenciales en el entendimiento de la trama. La pantalla comienza en un negro absoluto. En el fondo se escuchan  fragmentos de conversaciones que se sobreponen hasta volver el audio ilegible. Se hace presente un avión volando entre nubes. El plano se aleja  hasta llegar a la ventana  de un avión que vuela en paralelo al mostrado anteriormente. Un hombre de mediana edad observa atreves de la ventanilla, él es Michael Stone.
En esta primera escena se muestra la interacción del protagonista con dos personas. La primera se realiza atreves de  un recuerdo que se dispara después de que Michael comienza a leer una carta.  En esta  imagen ilusoria se muestra  a una mujer  molesta, que con una voz poco fémina, realiza una serie de reclamos. La imagen se desvanece cuando Michael dobla la carta de nuevo. 
Casi inmediatamente  después, se realiza el segundo contacto con el hombre sentado al lado del protagonista. El sujeto sostiene una conversación muy breve y un par de aspectos se hacen resaltar. En primera, en el plano objetivo, se plantea la naturaleza hostil de Michael ante los desconocidos. Mientras, se introduce uno de los recursos oníricos más explotados en el filme: la monotonía y la indiferencia. Lo antes mencionado se vuelve evidente debido a que, tanto  el sujeto sentado al lado de Michael como el recuerdo de aquella mujer, lucen y suenan de manera muy parecida. Esto sucede, no porque en la realidad objetiva sean parecidos, sino porque Michael lo percibe así.
A continuación se desarrolla una escena de transición en la terminal del aeropuerto. En dicha escena se refuerza la  idea de que para Michael,  todas las personas son indistinguibles. Esto se logra mostrando la entrada del aeropuerto, en la cual  se puede observar a niños, mujeres  y adultos con prácticamente el mismo rostro. Siendo la estatura y forma de cabello lo único que los distingue.


Posteriormente vemos subir a Michael a un taxi. El conductor establece  una conversación casi por la fuerza con el protagonista. Gracias a esta charla conocemos información  que nos ayuda  a entender mejor los primeros minutos de filme. Michael es un forastero, es oriundo del viejo continente, y a pesar de que lleva tiempo viviendo en los estados unidos, se encuentra de visita en Cincinnati. Esto puede justificar (parcialmente) la desconexión de Michael con el entorno, y sus acciones casi antipáticas ante los problemas ajenos. De esta manera se establece la primera relación entre los conflictos personales del protagonista y la concepción de un signo, como lo es la multitud.
Después de este corto viaje llegamos al Hotel. Hay que hacer especial hincapié en este lugar, ya que es aquí donde se desarrollara la mayor parte de la historia. El lugar está repleto de pasillos angostos, simétricos en su diseño y con apariencia de ser interminables. De la misma manera, la habitación de  Michael es  pequeña y con ventanas que muestran un panorama lleno de edificios. Todas las características mencionadas anteriormente, construyen un ambiente de encierro, que nosotros como espectadores percibimos, y que Michael refleja, dando de vueltas una y otra vez por esos lugares angostos. Es imprescindible conocer el  ambiente que rodea al protagonista, este “emite resonancias en la interioridad y, a la vez, cobra una mayor identidad  porque un “yo” circula a través  de sus grietas, se estrella contra él y se enfrenta a él (…) El espacio exterior adquiere los rasgos de una membrana que se adhiere al individuo y establece una relación con el” (García, 2013. 8)
Estos son en esencia los primeros minutos de Anomalisa. Si bien pareciese que es demasiado lo que he dicho, lo cierto es que debido a su profundidad narrativa y artística, incluso un par de minutos de esta película se prestan para extensas reflexiones. Espero que esto sirva como una invitación glorificada a ver esta gran obra, la cual, para suerte de los habitantes de la ciudad de Puebla, será proyectada de manera completamente gratuita en las salas de cine, del Complejo Cultural  Universitario de la Buap, el 24 y 25 de abril en punto de las 7 de la noche. No hay más escusa. Disfruta de una de las películas más originales  y humanas de los últimos años.

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